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Debes amar como actualmente entiendes el amor desde el punto de vista de tu propia experiencia del acto mismo de amar. Puedes proyectar tus sentimientos de amor por afuera y por adentro. Puedes tender bendiciones, afinidad, cariño, ternura, apoyo, y energía a las personas que conoces, o al mundo, o a Dios, o a cualquiera combinación de ellos. O puedes simplemente amar sin objeto alguno. ¡Rodea todo de lo que estás consciente de amor!
No importa cómo amas ni hacia dónde diriges tu amor; lo importante es amar con todo tu corazón y toda tu mente. Mientras haces esto, sentirás que se sube tu espíritu y que se llena tu cuerpo con el poder del amor. Tú empezarás a sentir la presencia de Dios, y así sabrás que amas de verdad.
Durante la práctica de la Unificación, puede que experimentes pensamientos y sentimientos de toda índole. Además, si les has estado dirigiendo el amor a otras personas, es posible que te enteres de los pensamientos y sentimientos de ellos. Sin embargo, es mejor no hacer caso de nada que te venga a la mente y no hacer nada más que amar.
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