La enseñanza básica de la Unificación es

Amar. Amar con todo tu corazón. Sólo amar.

Debes amar como actualmente entiendes el amor desde el punto de vista de tu propia experiencia del acto mismo de amar. Puedes proyectar tus sentimientos de amor por afuera y por adentro. Puedes tender bendiciones, afinidad, cariño, ternura, apoyo, y energía a las personas que conoces, o al mundo, o a Dios, o a cualquiera combinación de ellos. O puedes simplemente amar sin objeto alguno. ¡Rodea todo de lo que estás consciente de amor!

No importa cómo amas ni hacia dónde diriges tu amor; lo importante es amar con todo tu corazón y toda tu mente. Mientras haces esto, sentirás que se sube tu espíritu y que se llena tu cuerpo con el poder del amor. Tú empezarás a sentir la presencia de Dios, y así sabrás que amas de verdad.

Durante la práctica de la Unificación, puede que experimentes pensamientos y sentimientos de toda índole. Además, si les has estado dirigiendo el amor a otras personas, es posible que te enteres de los pensamientos y sentimientos de ellos. Sin embargo, es mejor no hacer caso de nada que te venga a la mente y no hacer nada más que amar.



¿Qué es la Unificación?

Cuándo practicar la Unificación

La práctica de la Unificación en la vida cotidiana

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